La falta de billetes que trajo tantos inconvenientes en el último tiempo obligó al Gobierno nacional a replantearse las medidas necesarias que debe llevar adelante para solucionar esta crisis, y que desembocarían en una bancarización forzada.

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Central Banco Central (BCRA) trabajan en una resolución general que buscará obligar a los comercios que todavía no las tengan, a instalar terminales electrónicas de pago para fomentar los pagos con tarjetas de débito y crédito.

Justamente, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y la máxima autoridad del Central, Mercedes Marcó del Pont, mantuvieron este martes una reunión donde delimitaron los próximos pasos que se llevarán adelante con un doble objetivo: solucionar la escases de efectivo y ajustar el control sobre las ventas en negro.

Esto es así, porque con el uso de las tarjetas, el organismo recaudador puede tener un mayor control sobre las operaciones comerciales debido a que el comercio debe aceptar, automáticamente, la retención de impuestos que le aplica la procesadora de la tarjeta antes de liquidarle el resumen.

De esta manera, se espera que la AFIP publique en los próximos días la resolución que delimite quiénes serán los obligados y cuáles serán los plazos para llevar adelante las nuevas medidas.

Aunque aún no hay nada definido, trascendidos indican que estarán obligados, en un principio, los responsables inscriptos en el Impuestos al Valor Agregado (IVA) y en Ganancias, de modo que excluiría a los pequeños comercios enmarcados en el Monotributo.

Así, se intimará a los puntos de venta de los distintos locales comerciales a instalar los sistemas electrónicos para realizar las operaciones.

La medida abarca a todos los lugares que emitan factura a consumidor final, que deberán contar con el sistema postnet (Postal Numeric Encoding Technique) para que los clientes puedan pagar con tarjetas.

El caso de los comercios chicos
Las nuevas medidas generan incertidumbre sobre todo en lo comercios más chicos y en los que están ubicados en el interior del país porque muchas veces se resisten a aceptar los medios de pagos electrónicos.

La principal razón es que no quieren ceder parte de su facturación en concepto de comisión que deben abonarle a las entidades emisoras de tarjetas, que en la actualidad gira en torno al 3% del valor de cada operación.

Sin embargo, otra de las cuestiones gira en torno a cuestiones impositivas, ya que, si fueran sometidos al régimen obligatorio, sufrirán las retenciones que realizan las prestadoras, que son designados agentes de retención y percepción de impuestos tales como Ganancias e Ingresos Brutos.

Bancarización forzada
El lunes el Banco Central había anunciado el desarrollo de un plan que incluía la promoción del uso de medios electrónicos de pago entre los establecimientos comerciales, además del incentivo en el uso de tarjetas o de cuentas bancarias.

Con ese objetivo representantes de la máxima entidad financiera del país y de distintas cámaras, entre ellas las de turismo, gastronómicos y estaciones de servicio, mantuvieron reuniones para establecer incentivos y se generalice el uso de transferencias bancarias, y de tarjetas de débito y crédito.

Las medidas llevadas adelante, desembocarían en una bancarización forzada, alentando al público en general al uso de los plásticos en vez del efectivo.

De hecho, el uso de tarjetas de crédito y de débito registró en las últimas semanas un sensible aumento.

Los montos comprados con débito en enero son un 70% mayores que los registrados un año atrás, lo que implica un fuerte salto respecto de las tasas de crecimiento en torno al 45% que se venían verificando en meses anteriores.