Los contribuyentes argentinos deberán esperar hasta el próximo 4 de mayo para la llegada del "día de liberación de impuestos". A partir de esta fecha, el ciudadano promedio deja de trabajar para pagar sus obligaciones fiscales correspondientes a todo el año.

En 2010, la carga fiscal 2010 cerraría en casi un 32%. El índice se calcula a partir del peso de la recaudación sobre el PBI.

El índice es un 40% más que hace diez años, cuando sólo había que trabajar hasta el 29 de marzo para cumplir con el Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Con este aumento, Argentina superó en carga impositiva a países como Canadá (31,1%), España (30,7%) o Suiza (30,3%).

Si bien sigue detrás de Brasil, el índice se acercó mucho al de este país: en el 2000 existían 8 puntos de diferencia mientras que ahora la distancia es de menos de tres puntos.

"La presión tributaria efectiva del sector público argentino (que se mide como la recaudación de los tres niveles de gobierno -nacional, provincial y municipal- como porcentaje del PBI) cerraría 2010 con un valor de entre el 31,6% y el 32% del PIB", explican los economistas Nadin Argañaraz y Sofía Devalle, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), en un estudio preparado para el matutino Clarín.

"La suba es significativa, teniendo en cuenta que en el 2000, la presión tributaria efectiva consolidada se encontraba en el 22,4% del PBI. Es decir que los 9 puntos porcentuales extras casi significan un aumento del 40% de la presión tributaria en los últimos 10 años", agregan los economistas consultados por el matutino.

De los nueve puntos porcentuales de este incremento, cuatro se deben a la incorporación de dos nuevos tributos: el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios y los Derechos de Exportación. "El dato muestra la relevancia que adquirieron el impuesto al cheque y las retenciones, con lo cual será vital identificar una manera fiscalmente responsable de eliminarlos, si se toma la decisión de hacerlo", señala Argañaraz.

Los economistas del IARAF además agregaron al matutino que la presión tributaria en la Argentina subió cinco puestos: pasó del lugar 15 al 10. La mitad del salto se explica por el incremento de impuestos domésticos, y la otra mitad porque varios de los países del ranking redujeron su presión impositiva, según los datos de la OCDE.

"Es difícil llegar a una conclusión taxativa sobre si este nivel de presión tributaria es el correcto o no", señalan desde el IARAF a Clarín, "porque estaríamos viendo una sola cara de la moneda; la otra es la calidad del gasto público".

Asimismo, advierten que El sistema impositivo local es uno de los más regresivos del mundo, por el alto peso en su estructura del Impuesto al Valor Agregado (IVA). "El otro factor es que la alta evasión hace que la presión tributaria efectiva -la que se calcula sobre el PBI formal- sea muy elevada", explicó al matutino la economista Victoria Giarrizzo, de la consultora CERX.

El CERX había hecho un estudio el año pasado en el cual se estimó que, si se tiene en cuenta el pago de servicios, es necesario trabajar más de 100 días al año para cumplir con todas las obligaciones.