El gobierno nacional dispuso un aumento del 18% en uno de los componentes de la cuota del Monotributo. A través de la resolución general 3845, publicada en el Boletín Oficial, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) decidió actualizar la cotización que va a las obras sociales de la cuota del Monotributo a partir de junio próximo.
La cotización que los trabajadores aportan cada mes a sus obras sociales o al Sistema Nacional del Seguro de la Salud pasará de $323 a 419 pesos.
Como se trata de una suma fija que pagan los inscriptos (no es obligatoria) al régimen, el ajuste tendrá un impacto dispar. Por ejemplo, en la categoría más baja (B, con ingresos anuales de hasta $48.000) el aumento escalará hasta el 18 por ciento.
En el otro extremo, un contribuyente de la categoría más alta (L, con ingresos anuales de hasta $600 mil) prácticamente no va a sentir la suba.
Los trabajadores en relación de dependencia que se inscriben al monotributo para facturar tareas secundarias no tendrán aumentos ya que realizan el aporte previsional a través de la compañía que los tiene contratados.
El aumento, que fue fundamentado por la necesidad de "mantener el debido financiamiento del Sistema Nacional del Seguro de Salud y del Régimen Nacional de Obras Sociales", comenzará a aplicarse en junio próximo, que vence el 20 de dicho mes.
El Monotributo tiene tres componentes de pago: el impositivo, el previsional y el de obra social. Sólo el primero diferencia los importes a pagar según el monto que factura el contribuyente: por la salud y la jubilación se abona lo mismo tanto en la categoría más baja como en la más elevada.
Por lo tanto, el impacto del aumento disminuye a medida que se avanza en las escalas del régimen.
Un régimen desactualizado
El Monotributo fue creado para generar conciencia tributaria entre los pequeños contribuyentes. No obstante, con el paso de los años se fueron complicando las cosas con la creación de varios regímenes de información, recategorizaciones cuatrimestrales y demás trámites.
Para colmo, no sólo se incrementó la complejidad del sistema, sino que también recibió los embates de la inflación: varias categorías quedaron obsoletas y por el aumento de los alquileres, es cada vez más difícil permanecer en el régimen.
La última modificación llegó en 2013, cuando se duplicaron los parámetros establecidos para cada categoría. Sin embargo, a casi tres años de la última reforma, el Monotributo camina una vez más por la cornisa.
En este sentido, Iván Sasovsky, titular de Sasovsky & Asociados, indicó que "los umbrales de facturación máxima deben ajustarse de acuerdo la inflación real, que en el acumulado llegan al 60%".
Por otra parte, el especialista señaló que "este régimen prevé otros indicadores, como el precio de los alquileres pagados, que también deben necesariamente correr la misma suerte. De lo contrario, estaremos nuevamente frente a un régimen rengo y de imposible aplicación".
"No sirve de nada tener un régimen para pequeños contribuyentes en el que los mismos sujetos no puedan mantenerse como tales, y menos aun cuando los elementos objetivos que los definen como tales no representan su función", concluyó Sasovsky.