Después de dos meses de negociaciones, la Federación de Empleados de Comercio que conduce Armando Cavalieri, y las cámaras patronales del sector firmaron este miércoles el acuerdo salarial en el Ministerio de Trabajo, donde recibió el visto bueno de su titular Carlos Tomada y la viceministra Noemí Rial.
El convenio fue anunciado la semana pasada en Casa de Gobierno, junto al de los metalúrgicos, albañiles, estatales y encargados de edificio, todos en línea con el tope oficial del 27%, pero recién este miércoles se pudo cerrar, luego de que ambas partes resolvieran algunas diferencias.
Por la parte empresarial participó el titular de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Osvaldo Cornide, y el titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos De la Vega, quien se mostró optimista respecto a la futura homologación de la paritaria por parte de las autoridades laborales.
"Tomada y Rial se mostraron conformes", señaló De la Vega a iProfesional.
De este modo, más de 1 millón de empleados mercantiles percibirán un incremento en sus salarios en dos cuotas de 17 y 10 por ciento, respectivamente, que las empresas deberán abonar antes del 15 de junio de este año.
El arreglo contempla dos pagos de suma fija de 1.524 pesos en julio y septiembre, y un descuento extra de $70 durante 11 meses para la obra social sindical, dos puntos que desde el jueves pasado trababan la firma del acuerdo.
Con el aumento, el salario inicial para un empleado de comercio pasará a fin de año a $10.754, a lo que habrá que sumar un adicional por presentismo de $895 y por antiguedad del 1% por año.
El convenio no se cerró hasta que Cavalieri aceptó que en el mismo quedara establecido que los dos pagos de suma fija son "extraordinarios", de modo de que las empresas no quedan comprometidas a otorgarlos en negociaciones futuras.
La cláusula implica que el año próximo los salarios se negociarán sobre el básico de convenio, sin tener en cuentas los montos fijos. Asimismo, se acordó que aquellos trabajadores que ingresen durante el mes correspondiente a la liquidación de las cuotas recibirán un pago "proporcional" a los días efectivamente trabajados.
El aporte a la obra social fue el otro ítem que complicó la discusión, ya que las cámaras se negaban a descontar $100 durante 12 meses a sus empleados, tal como lo solicitó inicialmente el gremio.
Desde el sector privado alegaban que, de aceptar ese pedido, las propias empresas terminarían solventando el descuento, pero desde la organización sindical sugirieron a este medio que, en realidad, las entidades pedían a cambio una compensación por realizar la tarea de retención para no "trabajar gratis".
La solución hallada fue reducir el monto y la cantidad de cuotas del aporte que se pagarán a partir de ámayo, y especificar que el aporte sólo les será retenido a los afiliados de OSECAC, unos 700.000 empleados que inyectarán a las arcas del sindicato una masa de fondos cercana a los 5,4 millones de pesos.
Con el cierre de esta paritaria, el Ejecutivo logró domar al sindicato más grande del país, cuyo titular desistió de reclamar la suba del 30%, más tres sumas fijas de $1.200, que había pactado en un principio con las cámaras mercantiles.
Tras la fuerte presión oficial, Cavalieri convalidó la semana pasada las exigencias del ministro de Economía, Axel Kicillof, que este año adoptó un rol protagónico en las paritarias al presionar a los gremios para que moderaran sus expectativas salariales.
Al igual que en otras actividades, los pedidos "con un 3 adelante" fueron rechazados uno tras otro por Kicillof, y levantaron un fuerte malestar entre los sindicalistas, que en más de un caso anunciaron paro y movilizaciones, sin concretarse nunca en los hechos.
La intervención del funcionario le valió el mote de "Cavilof" por parte de Cavalieri, que acusó al ministro de restringir las paritarias para controlar la inflación, tal como lo hiciera en su momento el ex titular de Hacienda, Domingo Cavallo.