A partir del anuncio oficial del nuevo gravamen a la renta de capital y a la distribución de dividendos, las empresas empezaron a estudiar las formas de eludir el impuesto antes de que se ponga en marcha.
Adelantan la distribución de utilidades, reparten resultados retenidos que tenían aprobados, contrarrestan servicios y otorgan créditos a tasa cero, entre otras cosas.
El martes, después de la reunión de diálogo social, la presidenta, Cristina Fernández, y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, comunicaron que, para cubrir parte de la baja en la recaudación por la suba de Ganancias, se empezarían a cobrar dos impuestos a las empresas: 10% a la distribución de dividendos y 15% a la renta por la compraventa de acciones y títulos valores que no cotizan en Bolsa. Además, adelantaron que se eliminará la exención para los extranjeros que compren acciones.
Para que la nueva normativa empiece a funcionar, previamente el Congreso deberá aprobar la modificación tributaria, lo que se espera que suceda dentro de dos semanas. Eso les da tiempo a varias empresas para tratar de eludir estos impuestos, principalmente el del 10%, que es el que más alteró a los accionistas.
Por eso, los ejecutivos empezaron a reunirse con sus equipos de contadores o a contactarse con los estudios contables que los asesoran para estudiar las formas de escaparle al gravamen.
Una de las maniobras por las que empezaron a inclinarse los empresarios es por la de distribuir los resultados retenidos que tenían aprobados hace un tiempo. “Están saliendo rajando a pagarlos, principalmente a pedido de los ejecutivos”, señaló al matutino BAE un contador de una multinacional. Otro artilugio que podrán utilizar es adelantar el pago de dividendos para estas dos semanas.
Sin embargo, algunos ya están planeando qué hacer cuando la ley esté vigente. Entre los ejemplos, se encuentra la estrategia de contraprestar servicios en vez de hacer los pagos. Uno de los patrones es el de otorgar créditos a los accionistas a tasa cero (actualmente los préstamos en las empresas rondan el 3% mensual). Así, el dinero queda en la compañía y a la hora de devolver los dividendos, el porcentaje de retención es menor.
Además, podrían llevarse adelante prácticas que se considerarían como evasión a través de facturas o sociedades amigas. En cuanto a la venta de acciones, los especialistas consultados por el matutino consideraron que “los que no se estaban decidiendo para comprar, se van a apurar antes de que se apruebe la ley”.