Durante la gestión de Mauricio Macri se aprobaron dos leyes que modificaron el esquema del Impuesto sobtre los Bienes Personales.
El tributo alcanza -respecto a la obligación que venció este año, originada en la situación patrimonial al 31 de diciembre de 2018- a poco más de un millón de personas y su recaudación representa menos del 1% de los recursos impositivos nacionales, según indica la AFIP.
La última reforma -ley 27.480- elevó el monto libre del impuesto, para este año, de $1.050.000 a $2.000.000. También se dejó fuera del alcance del tributo a la vivienda del contribuyente, por un valor de hasta $18.000.000
respecto al esquema de tributación, si el valor de los bienes alcanzados por el impuesto supera en hasta $3.000.000 el piso de $2.000.000, se pagará el 0,25%. Si lo que excede de los $2.000.000 es una cifra de entre $3.000.000 y $18.000.000, se abonará un monto fijo de $7500 más el 0,5% sobre el valor del patrimonio que exceda los $3.000.000.
Por último si el monto informado supera en $18.000.000 el piso, entonces el contribuyente tributará $82.500 más el 0,75% calculado sobre el excedente de $18.000.000.
Entre 2016 y 2018 se incrementó la base a partir de la cual un contribuyente está alcanzado por el impuesto, y se redujo a la vez la alícuota, que fue para todos igual (sin importar la magnitud del patrimonio).
En tanto, en la gestión kirchnerista, el impuesto había mantenido durante varios períodos el monto no imponible de $102.300. Recién en 2007 una ley dispuso elevar esa cifra libre del impuesto a $305.000, base que rigió hasta 2015.
Respecto a criterios del impuesto, en el caso de los inmuebles se toma el valor de la adquisición menos una amortización, o bien el valor fiscal fijado para el cobro de obligaciones fiscales locales (de los dos, el más alto). Desde el año pasado, el valor fiscal es el vigente al 31 de diciembre de 2017 ajustado por inflación.
