La evolución que muestren algunas variables económicas este año influirá en el peso de las cargas tributarias que tendrán los ingresos de las personas en 2019.
En el caso del Impuesto a las Ganancias, casi todas las variables del esquema se actualizan según un índice que contempla cómo les fue a los salarios formales entre los meses de octubre de los dos años previos al período fiscal correspondiente.
De esta manera, a los niveles actuales se les aplicará el porcentaje de la variación que haya mostrado la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) entre octubre de 2017 y ese mes de este año.
Los últimos datos disponibles permiten saber que, entre los meses de julio, la suba fue del 23,7%. Más allá de cuál sea el número final, todas las proyecciones indican que esta variable crecerá por debajo de la inflación.
El efecto, entonces, será un incremento en el peso que tiene Ganancias sobre los ingresos.
"El índice salarial va a ser menor que la inflación; entonces, en la medida en que algún salario le gane al Ripte, pagará más por Ganancias porque el mínimo no imponible quedará retrasado", señala a la Nación el tributarista César Litvin.
La actualización de este año fue del 28,77%, unos puntos por arriba de la inflación de 2017 informada por el Indec, lo cual llevó a determinar que estuvieran gravados los salarios netos a partir de $29.855 en el caso de trabajadores sin cargas de familia, o desde los $39.495 si se deducen cónyuge y dos hijos.
En el Monotributo, la ley determina que los aportes mensuales a cargo de los contribuyentes y los montos de facturación máxima se actualizan en cada enero en un porcentaje que disponga la AFIP y que, como máximo, equivale a la suba de los haberes jubilatorios del año previo.
Como la fórmula de cálculo de la movilidad previsional considera la inflación con un rezago de seis meses, el aumento de las variables que tendrá el régimen simplificado en 2019 no captará toda la suba de precios de 2018, acelerada en esta segunda parte del año.