Una vieja resolución de 1998 obliga a los súper a suministrar a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) los datos de consumidores que realizan compras a partir de los 1.000 pesos.
La resolución 259/98 obliga a los supermercados a pedir datos a sus clientes cuando la compra iguala o supera el umbral de los $1.000. Para evitar trámites, las grandes cadenas le ordenan a los cajeros que "corten" los tickets cuando los consumos llegan a $950 y los dividan en dos o más operaciones.
Hay clientes que ya conocen cómo es la metodología y antes de que los productos comiencen a desfilar por la cinta automática de la caja registradora le solicitan a los empleados de los súper que dividan la facturación para evitar el régimen informativo que contempla la normativa vigente.
"De tratarse de operaciones efectuadas con sujetos que revistan el carácter de consumidores finales, cuyo monto fuera igual o superior a $ 1.000, los tique facturas o facturas deben emitirse únicamente mediante el Controlador Fiscal, con los datos fijados en el Sector B de las Facturas Tipo "B" y "C" del Apartado B del Capítulo I del Anexo II y en el Sector C del tique factura tipo "B" y "C" del Apartado D, Capítulo I del Anexo II", prescribe la resolución.
Esos datos son nombre, apellido, dirección y CUIT del consumidor, y una vez consignados quedan a disposición de los inspectores de la AFIP. El régimen había sido pensado para poner la lupa sobre operaciones costosas. Sin embargo, la devaluación y la suba acelerada de los precios convirtieron los topes en un obstáculo para cualquier transacción habitual de una familia tipo.
Si se revisa el registro histórico de la cotización del dólar, en 1998, cuando se dictó la resolución, $1.000 eran equivalentes a 1.000 dólares. Y en mayo de 2011, cuando se actualizó parte del régimen pero no el artículo que se refiere a los consumidores finales, el tope alcanzaba los u$s243 (1 dólar = $4,11).
Hoy, en 2014, a 16 años de que se emitió la resolución, el tope de facturación es de u$s76 si se toma el tipo de cambio del mercado libre. Y asciende a u$s120 si se realiza el cálculo con la cotización oficial de $8,33, señala Infobae.
Cualquiera sea el tipo de cambio elegido, una compra mensual de una familia tipo en un supermercado supera largamente los $1.000, lo que lleva a dividir el consumo en dos o quizás más comprobantes a la hora de pasar por el cajero.
Hace dos años que las cadenas de supermercados vienen alertando sobre esto a las autoridades. Una década atrás era una rareza un ticket superior a los $1.000 salvo que se haya comprado un televisor o una heladera, pero en la actualidad los changuitos llenos suelen multiplicar varias veces ese umbral.
De acuerdo al relevamiento de mayo, el ticket promedio en los supermercados asciende a 221,70 pesos.
El salto registrado es de 42,1% en un año. El gasto más alto está en la provincia de Neuquén, con una erogación media de $331 por compra (subió 83,2%) y la más baja está en la Ciudad de Buenos Aires, con $162. La facturación del sector ascendió a los 14.500 millones (un 33% más que hace un año), de acuerdo al relevamiento que realiza Indec entre 2.100 puntos de venta.