Las nuevas letras del Tesoro que piensa emitir el Gobierno -que serán en dólares a 90 y a 180 días- para captar las divisas que están fuera del circuito bancario, podrían quedar fuera de la lupa de los organismos de control antilavado.
Ocurre que, en la actualidad, la mayoría de los bancos de capitales extranjeros exigen el detalle del origen de los fondos cuando el cliente intenta depositar más de u$s30.000. Pero ahora Hacienda no impondrá a los ahorristas ninguna exigencia de declaración de la procedencia de esos fondos.
Quedará a criterio de cada banco el pedido de información a los clientes que intenten "blanquear" capitales fuera del sistema bancario.
Esta exigencia también se aplica "cuando el cliente ingresa de pronto, sin tener precedentes de estos movimientos, sistemáticamente durante un periodo de tiempo montos menores en dólares a su cuenta", explicaron a Clarín en un banco de capital extranjero.
"Pero los umbrales pueden ser más permisivos para los bancos nacionales", advirtió la fuente consultada por el matutino.
Los bancos deben cumplir de esta manera a los requerimientos de la UIF y el BCRA. En principio, y según confirmaron de las entidades bancarias, cualquier interesado en comprar esa letra por menos de u$s30.000 no necesitará demostrar el origen de los fondos.
El secretario de Finanzas, Luis Caputo, mantuvo el jueves una reunión con directores financieros de los principales bancos (Santander, Francés, HSBC, ICBC, Macro, Galicia y Nación).
Durante el convite, que se desarrolló en el Palacio de Hacienda a las 17 horas, los directivos del sector bancario manifestaron insistentemente la necesidad de hacerse de un bono en pesos a tasas como las que ofrece el Banco Central cuya emisión de letras tiene tasas en promedio del 35 por ciento.
"A estas tasas en pesos preferimos seguir saliendo en dólares mientras haya demanda", fue la respuesta tajante de Caputo.
El secretario de Finanzas había confirmado que colocarían este instrumento y que contaban con un presupuesto de hasta u$s3.000 millones para este tipo de emisiones. La tasa que había mencionado el funcionario a periodistas era del 4% anual a 180 y 365 días.
Sin embargo, esos plazos se redujeron a 90 y 180 días, para captar los dólares de los más desconfiados. "Es un proceso educativo porque es un mercado nuevo. Así que vamos de a poco", sostuvo a este diario al fuente oficial consultada.
Según dijo Caputo en una rueda de prensa el miércoles, con la colocación el Gobierno pretendía captar "financiamiento barato e incrementar las reservas monetarias".